PLAN B
Desde hace algunos años, el barrio porteño de Barracastransita un proceso de revitalización. Algunas usinas se reconvirtieron en modernos lofts y viviendas creativas, el arte público le dio color al Pasaje Lanín, se inauguró el Centro Metropolitano de Diseño en el viejo Mercado del Pescado y, también, un centro cultural en una fábrica de galletitas.



Hay algunos bares y restaurantes de esta época y muchos cafés de los de antes. Esta movida incipiente en el tradicional barrio del Sur, habitado en sus orígenes por inmigrantes genoveses y luego por familias adineradas, ya había generado algunos artículos en la prensa de Buenos Aires, pero unos meses atrás apareció una nota de viajes en el New York Times y ya se habla de Barracas por aquí y por allá.

Este barrio fabril de clase media se perfila como nuevo reducto de moda. Pueden haber influido la recuperación turística de San Telmo y la buena salud de Puerto Madero: Barracas está cerca y hace eco del cambio. Todavía falta, que nadie crea que es Palermo. Pero ya existe un par de restaurantes gourmet, las propiedades valen más y han comenzado a surgir hoteles boutique, como el Garden.

Un punto fundamental para esta nueva etapa de Barracas fue la realización de Casa FOA, la muestra de diseño y decoración. Cada año, Casa FOA elige y recupera un edificio histórico con el propósito de recaudar fondos para la Fundación Oftalmológica Argentina.

En 2005, el edificio seleccionado fue la ex fábrica textil Piccaluga, que con la exhibición se transformó en el complejo de viviendas tipo lofts Barracas Central, y donde hoy viven fotógrafos y artistas. En la planta baja, el bar de vinos, café y almacén Ingrata suele tener buenos espectáculos.

Un año después, Casa FOA recicló en Barracas un edificio de 1910 donde funcionó la fábrica de fideos Canale. Hoy, el lugar se llama Palacio Lezama y es un edificio de oficinas con arriendos elevados. También se recuperó, en este resurgimiento del barrio, la antigua fábrica de Bagley, donde hay departamentos de lujo y funciona el Centro Cultural Moca, un nuevo foco cultural, con muestras de arte joven, ciclos de cine y espectáculos de danza teatro.

Uno de los personajes que nació en el barrio y está comprometido en su recuperación es Marino Santa María, el hombre que unos años atrás le lavó la cara a las cuatro cuadras del Pasaje Lanín. Promotor del arte público, utilizó mosaico veneciano de colores para transformar el tono gris de Barracas. Desde 2001 hasta la fecha, el artista intervino más de 30 fachadas. Los vecinos participaron eligiendo colores y debatiendo el proyecto.

Siguiendo con el color y las reconversiones, la antigua Compañía General de Fósforos fue transformada en el edificio Central Park, donde funciona un curioso museo que recibe visitantes sólo con cita previa: el Museo de las Balanzas, la colección privada de Bernardo Ángel Fernández, un fanático logró reunir más de 700.

A pocas cuadras, el Centro Metropolitano de Diseño es otro referente de la nueva Barracas, en un edificio donde entre 1934 y 1983 funcionó el Mercado de Pescado. También en esta zona del barrio, el restaurante El Barracas está en un caserón de 1905 y donde en los años 90 hubo un restaurante cuyo padrino y habitué era Roberto, El Polaco Goyeneche.

Hoy, tango, cocina gourmet y comensales de alfombra roja: Francis Ford Coppola -que por estos días decide si filmará en Barracas escenas de su próxima película-, Zinedine Zidane y Matt Damon, que desde hace un tiempo tiene mujer argentina.

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