PLAN B
Historias del Barrio, por Javier Sendra


Nadie sabía muy bien que iba a pasar. El edificio de la yerbatera Cruz de Malta se iba vaciando. El olor a yerba se retiraba de a poco de las mañanas de Barracas. Los vecinos dudaban sobre el destino de esa manzana. Algunos pensaron que con la retirada de la empresa, el esqueleto de lo que fué se volvería un lugar de paso para los "sin techo".
Un día, como de la nada, un martillazo cambió la suerte. Un rumor se empezó a difundir. Otro martillazo. «¿Están construyendo?» «¿Están demoliendo?». Claramente el tono de la historia cambiaba. De una melancolía atajada a una vorágine de algo más de siete meses. Quizás tengamos que rescribir el principio.
¡Blum! ¡Blum! Los últimos camiones se fueron de Cruz de Malta y a nadie pareció importarle demasiado. La yerba del suelo se la llevó alguna lluvia y la manzana entre las avenidas Martín García y Regimento de Patricios y las calles Py y Margall y Bolivar se quedó callada. Todo el barrio pareció tranquilizarse. No más camiones. ¡Al fin!
Al poco tiempo unos martillazos volvieron a entorpecer las mañanas. Martillos, de los normales y de los hidráulicos. Gente que entraba con materiales. Hombres con sombreros amarillos y blancos. Materiales de construcción. Armas de la destrucción. Obreros rompiendo vidrios. Cortinas metálicas. Cuadras cerradas. ¡MUCHO RUIDO! En el medio una filmación de una publicidad. Olor a pintura. Manchas en el suelo. Paredes blancas. Generadores en el techo. Mediciones. Finalmente unos agujeritos arriba de la entrada. A los tres días, cuatro letras rojas: HSBC.
Lo que fue una yerbatera ahora es la central de un banco. Pasar por su puerta ya no implica un olor a mate sino un aire fresco, de cientos de splits que trabajan en sincronía. Ya no hay gente con las manos verdes. Ahora hay corbatas y fumadores en las puertas. Quizás debamos volver al tono dramático del principio.
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