Participan de talleres de capacitación en oficios como zapatería, costura o panadería; es un plan oficial que fomenta la reinserción laboral.
Por Verónica Dema
De la Redacción de lanacion.com
vdema@lanacion.com.ar
Roy Charles Fierro se dedicó a la construcción hasta pasados los 40. Luego, una de las crisis argentinas lo dejó sin trabajo y sin la posibilidad de conseguir ninguno. Terminó en la calle, donde vivió más de cuatro años. Hoy, que desde hace dos está aprendiendo el oficio de marroquinero y que algunas de sus creaciones se vendieron en Europa, no se avergüenza de reconocer que "se portaba mal" para poder sobrevivir a la intemperie.
"Pude encauzar todo eso y mi vida es otra", aclara, y tiene sus evidencias: en el momento en que habla con lanacion.com está terminando de pasar la tinta roja a una cartera de cuero de cabra que diseñó, cortó y cosió a mano.
Como él, unas 200 personas que viven en la calle y que, con suerte duermen cada tanto en un parador nocturno, empiezan a tener la posibilidad de aprender un oficio.
Ricardo Muraro, coordinador del programa de reinserción laboral del ministerio de Desarrollo Social del gobierno porteño, recorre el Centro de Educación No Formal de Barracas y muestra los talleres que funcionan en el lugar: zapatería, marroquinería y costura. Agrega que, en diferentes centros de la ciudad, en marzo próximo estarán en marcha talleres de panadería, electricidad y de huerta.
"Buscamos capacitar en oficios a las personas que quedaron en la calle para que rearmen sus vidas, vuelvan a aprender normas de convivencia, se reinserten en la sociedad que los excluyó", comenta.
Entusiasmada, Alicia Llavería, la co-coordinadora de este espacio, revela lo que considera un gran logro: "Algunas de las producciones de marroquinería del taller se vendieron a Europa". Dice que hace tres años que un grupo interdisciplinario trabaja en el diseño y la instrumentación de esta propuesta de reinclusión social.
FUENTE: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1223745
Por Verónica Dema
De la Redacción de lanacion.com
vdema@lanacion.com.ar
Roy Charles Fierro se dedicó a la construcción hasta pasados los 40. Luego, una de las crisis argentinas lo dejó sin trabajo y sin la posibilidad de conseguir ninguno. Terminó en la calle, donde vivió más de cuatro años. Hoy, que desde hace dos está aprendiendo el oficio de marroquinero y que algunas de sus creaciones se vendieron en Europa, no se avergüenza de reconocer que "se portaba mal" para poder sobrevivir a la intemperie.
"Pude encauzar todo eso y mi vida es otra", aclara, y tiene sus evidencias: en el momento en que habla con lanacion.com está terminando de pasar la tinta roja a una cartera de cuero de cabra que diseñó, cortó y cosió a mano.
Como él, unas 200 personas que viven en la calle y que, con suerte duermen cada tanto en un parador nocturno, empiezan a tener la posibilidad de aprender un oficio.
Ricardo Muraro, coordinador del programa de reinserción laboral del ministerio de Desarrollo Social del gobierno porteño, recorre el Centro de Educación No Formal de Barracas y muestra los talleres que funcionan en el lugar: zapatería, marroquinería y costura. Agrega que, en diferentes centros de la ciudad, en marzo próximo estarán en marcha talleres de panadería, electricidad y de huerta.
"Buscamos capacitar en oficios a las personas que quedaron en la calle para que rearmen sus vidas, vuelvan a aprender normas de convivencia, se reinserten en la sociedad que los excluyó", comenta.
Entusiasmada, Alicia Llavería, la co-coordinadora de este espacio, revela lo que considera un gran logro: "Algunas de las producciones de marroquinería del taller se vendieron a Europa". Dice que hace tres años que un grupo interdisciplinario trabaja en el diseño y la instrumentación de esta propuesta de reinclusión social.
FUENTE: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1223745
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