PLAN B
Fue una prueba por los trabajos para recuperarlo. Estaría listo para fin de año.

Tuvieron que pasar cuarenta años para que el viejo Puente Pueyrredón reviva. Ayer, luego de algunas reparaciones, parte de la estructura metálica se volvió a izar. Clarín fue un testigo privilegiado de ese momento, seguido con atención por un puñado de vecinos que vive a la vera de Riachuelo. Las pruebas son parte del plan de remodelación del puente, que estará nuevamente habilitado a fines de este año.

Luego de retirar algunas maderas que se utilizan para pasar de un lado al otro, se puso en marcha el motor y la estructura metálica, visiblemente deteriorada, comenzó a crujir. Primero se elevó 30 grados, y luego alcanzó el límite de 45. Cada paso era supervisado minuciosamente por una veintena de operarios. Tras un intervalo de varios minutos, los dos tramos levadizos, de 18,60 metros, volvieron a su lugar original y todos respiraron aliviados.

La puesta en marcha del sistema electromecánico tuvo una etapa de preparación de casi dos meses. "Cambiamos los eslabones de las cadenas, reparamos engranajes y lubricamos todo el mecanismo, lo que nos permitió devolverle movilidad", explicó Gustavo Matta y Trejo, presidente de AUSA. Además se trasladó el motor y el freno. En el futuro, el sistema volverá a ser monitoreado desde una pequeña torre ubicada en el extremo de Barracas. El lugar quedó en desuso en 1969, aunque siempre estuvo habitado.

A pocos metros, hay un destacamento de la Policía Federal. Desde enero, cuando el puente fue cerrado al tránsito, los agentes que cumplen funciones ahí casi no tienen trabajo. "Hay que controlar que la gente no cruce caminando porque es muy peligroso", contó un policía.

El viejo Puente Pueyrredón, de 90 metros de largo, fue inaugurado en septiembre de 1931. Está a pocos metros del puente Bosch, remodelado el año pasado. Hasta 1969 se izaba para permitir la navegación de los barcos, que podían llegar hasta el Puente La Noria. A partir de ese momento, sirvió únicamente para el tránsito vehicular. Por eso, está rodeado de caños que permiten trasladar arena a los silos. El sistema luce abandonado, pero se usa habitualmente.

Además de reparar el sistema de elevación, se está trabajando sobre la superficie del puente. "Los pasos peatonales se van a cubrir con madera dura y se va a reparar el asfalto de la calzada", explicó Carlos Frugoni, gerente de obras de AUSA. Para los tramos móviles se usan planchas de acero, que tienen menor peso. Los trabajos costarán alrededor de $15.000.000.

Además de este cruce, también se están haciendo arreglos en el deteriorado Puente Alsina, a cargo del Gobierno Nacional.

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